Documento elaborado conjuntamente por el COMC y numerosas sociedades científicas para abordar el impacto de la osteoporosis

El documento, ha sido elaborado sobre la prevención y manejo de la enfermedad y para incidir en la relevancia de desarrollar estrategias eficaces contra esta enfermedad silenciosa con motivo del Día Mundial de la Osteoporosis con objeto de abordar el impacto de esta patología y proponer mejoras.

Una de las áreas más críticas —y desatendidas— en relación con la osteoporosis es la prevención de fracturas por fragilidad, que suponen una gran preocupación para la salud pública en España y llevan asociada una importante carga sanitaria y económica. Los últimos datos disponibles reflejan que en 2019 se produjeron 285.000 fracturas por fragilidad y que los gastos relacionados con la osteoporosis ascendieron a 4.300 millones de euros. Las previsiones, en una sociedad cada vez más envejecida, indican que estas cifras seguirán incrementándose un 30% en los próximos quince años si no se producen cambios en las políticas sanitarias.

En el manifiesto participaron Javier de Toro, vicepresidente del Colegio Médico y jefe del Servicio de Reumatología del Chuac; Javier Prieto, secretario general de la Junta Directiva colegial y médico del centro de salud de Acea de Ama (Culleredo) y representantes de las asociaciones y sociedades científicas que contribuyeron a redactar el manifiesto: Francisco Martelo, de la Real Academia de Medicina de Galicia; María José Fernández, de la Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria (Agamfec); Sergio Cinza, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen); Carlos Bastida, de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SENG); Manuel Castro, Eduardo Vaquero, Alejandro García y Jose Ramón Castro, de la Sociedade Galega de Cirurxía Ortopédica e Traumatoloxía (Sogacot); Laura Gamonal, de la Sociedade Galega de Xeriatría e Xerontoloxía; Jesús Figueroa y Bibiana Villamayor, de la Sociedade Galega de Rehabilitación e Medicina Física (Sogarmef), y Jenaro Graña y Francisco Maceiras, de la Sociedade Galega de Reumatoloxía (Sogare).

Los expertos incidieron en siete puntos clave para mejorar la atención a los pacientes con osteoporosis y el diagnóstico de la enfermedad y contribuir a reducir las fracturas por fragilidad. En primer lugar, destacaron la necesidad de “sensibilizar a los profesionales sanitarios y a la sociedad de la importancia de mantener una buena salud ósea”. También hicieron hincapié en “reforzar la formación continua en el manejo de la osteoporosis y prevención de fracturas”, “promover hábitos de vida saludables en la población” para evitarlas y “detectar de forma precoz a las personas con riesgo de fractura”. Además, incidieron en “participar en la creación y colaboración de Unidades de Coordinación de Fracturas con el objetivo de mejorar la adherencia al tratamiento, reducir la incidencia de nuevas fracturas y mejorar la calidad de vida de las personas”. Los últimos aspectos clave sobre los que insistieron fueron “fomentar y participar en campañas de educación pública y promoción de la salud ósea” y “evaluar los resultados, recompilando datos para mejorar la calidad de la atención a las personas con osteoporosis”.

Osteoporosis y fracturas por fragilidad, un problema en aumento que afecta especialmente a las mujeres

La osteoporosis es una enfermedad que debilita los huesos y los vuelve frágiles, lo que aumenta considerablemente el riesgo de ruptura ósea incluso tras una caída menor. La enfermedad no presenta síntomas evidentes, por lo que muchas personas no saben que la padecen hasta que sufren una fractura.

Las fracturas osteoporóticas por fragilidad son comunes, especialmente en adultos de edad avanzada. Su prevalencia está aumentando, y padecerlas puede alterar la vida, causar dolor, discapacidad y pérdida de independencia. Además, están asociadas con una carga económica sustancial tanto directa como indirecta.

Según se recoge en el informe Soluciones para la prevención de fracturas de la Fundación Internacional de Osteoporosis, en España “sufren osteoporosis casi tres millones de personas —de las que 2,3 millones son mujeres—”. La prevalencia de la osteoporosis en mayores de 50 años es del 23 % para las mujeres y del 7 % para los hombres. Por otra parte, el riesgo de fractura de cadera —el tipo de fractura más grave— a partir de los 50 años es del 12 % en mujeres y del 4 % en hombres.

Más de 1,1 millones de mujeres sin tratamiento

En ese mismo informe se recoge que la osteoporosis “sigue siendo ampliamente infradiagnosticada e infratratada”. Más de 1,1 millones de mujeres españolas con alto riesgo de fractura continúan “sin recibir tratamiento para la osteoporosis, a pesar de la existencia de medicamentos seguros y eficaces”. La situación es especialmente deficiente en pacientes de alto riesgo, y “dos tercios de las mujeres españolas de 50 años o más no reciben una prevención secundaria de fracturas eficaz tras una fractura inicial por fragilidad”, a pesar de que se trata de la población que “tiene más probabilidades de sufrir una nueva fractura”. Sin embargo, la implantación de un protocolo de Unidades de Coordinación de Fracturas se asocia “con un aumento del tratamiento antiosteoporótico, una mayor adherencia al mismo y una mayor supervivencia de los pacientes de edad avanzada con fracturas”.

La prevención, clave para mejorar los resultados en salud y el gasto

El despliegue de Unidades de Coordinación de Fracturas conllevaría la prevención de miles de fracturas por fragilidad en los próximos años, lo que implica una mejora sustancial en la salud y los resultados de los pacientes. Reducir simultáneamente “hospitalizaciones y gastos de tratamiento de la osteoporosis comportará un ahorro mucho mayor que las intervenciones en otras enfermedades crónicas”. Además, proporcionará “soluciones altamente beneficiosas y rentables para reducir la carga —cada vez mayor— que la osteoporosis supone para los pacientes y la sociedad”.